Una dieta equilibrada beneficia a todo nuestro cuerpo, y los ojos no son una excepción. Con la llegada del invierno, te proponemos cinco alimentos que te ayudarán a mantener tus ojos en perfectas condiciones. ¡Buen provecho!
Zanahorias
Todos hemos oído el viejo dicho de que comer zanahorias mejora la vista. Pero, ¿hay algo de cierto en este hecho vegetal? Aunque las zanahorias no te proporcionarán supervisión, están cargadas de betacaroteno, una forma de vitamina A que nos ayuda a ver en situaciones de poca luz.
Verduras de hoja verde
Las verduras de hoja verde, como la col rizada y las espinacas, se han convertido en alimentos saludables cada vez más de moda, y el bombo está totalmente justificado. Están repletas de vitamina C y E y también contienen los potentes carotenoides luteína y zeaxantina. Estos dos antioxidantes ayudan a filtrar la luz azul dañina y también se ha demostrado que reducen el riesgo de desarrollar enfermedades oculares relacionadas con la edad.
La luteína y la zeaxantina son liposolubles, por lo que se recomienda rociarlas con aceite de oliva para que se absorban al máximo (¡y sean deliciosas!). ¿No te gustan las verduras de hoja verde? Los huevos, el maíz, las bayas, los aguacates y los kiwis también son fuentes ricas en luteína y zeaxantina.
Salmón y pescado graso
Nuestros ojos necesitan ácidos grasos Omega-3 para funcionar correctamente. El consumo de pescado de agua fría, como el salmón y la caballa, puede ayudar a aliviar los síntomas del síndrome del ojo seco y a prevenir enfermedades como las cataratas y la degeneración macular asociada a la edad (DMAE). Si buscas un delicioso tentempié otoñal, prepárate un paté de caballa ahumada servido con una tostada caliente.
Nueces
Si no te gusta el pescado, estás de suerte: las nueces contienen una cantidad impresionante de omega-3 de origen vegetal. La vitamina E de las almendras, los cacahuetes y otros frutos secos también protege las células de nuestros ojos de los radicales libres, que pueden descomponer el tejido sano.
Dado que los frutos secos no requieren casi ninguna preparación, son un fácil tentempié a media mañana. También son muy sabrosos tostados o espolvoreados sobre los cereales, el yogur y las ensaladas. ¡A por los frutos secos!
Cítricos
La vitamina C es una fuente de energía para la salud. Todo el cuerpo depende de ella para crecer y reparar los tejidos y las células, y nuestros ojos no son una excepción. Las frutas ácidas, como las naranjas, las clementinas y los limones, están repletas de vitamina C y antioxidantes que ayudan a mantener la salud de las células y los tejidos del ojo. También ayudan a crear colágeno, que proporciona estructura a la córnea.
¿Buscas una manera fácil de obtener tu dosis diaria? Dale vida a tu ensalada, añade un poco de ralladura a tu guiso o ralla la cáscara de limón sobre un pollo asado al romero. Los alimentos básicos del otoño, como las coles, el brócoli y la coliflor, también son ricos en vitamina C.
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