Nuestros ojos tienen mucho con lo que lidiar durante los meses de invierno. El aire frío y la calefacción en el interior pueden reducir la hidratación natural de nuestros ojos, haciendo que se sequen rápidamente.
Pero con algunos consejos simples y pequeños cambios en el estilo de vida, puedes aliviar tus ojos secos este invierno.
¿Qué es el síndrome del ojo seco?
Nuestros ojos necesitan lágrimas para mantenerse sanos. Ayudan a mantener la superficie del ojo húmeda, lavar la suciedad y reducir el riesgo de infección. Cuando hay un desequilibrio en el lagrimeo, o una disminución en la producción de lágrimas, los ojos se vuelven secos y doloridos, una condición común conocida como síndrome de ojo seco.
Los efectos se sienten generalmente en ambos ojos y pueden incluir:
- Sensación de ardor
- Secreciones pegajosas en el ojo
- Ojos secos
- Visión borrosa
- Ojos enrojecidos
- Ojos llorosos
- Ojos pesados y cansados
¿Quién es propenso a la resequedad de ojos?
Cualquier persona puede sufrir de ojo seco, aunque es más común en las mujeres y las personas mayores de 50 años. Las personas que usan lentes de contacto, pasan largos períodos de tiempo frente a una pantalla o sufren de condiciones como lupus, blefaritis o síndrome de Sjögren son más propensas a padecerlo.
¿Cómo tratar los ojos secos?
La buena noticia es que hay muchas cosas que puedes hacer para minimizar la sequedad de los ojos y mantenerlos sanos este invierno.
- Las lágrimas artificiales suelen ser la primera línea de defensa para aliviar la sequedad de los ojos de leve a moderada.
- Aplicar una compresa tibia en los párpados cerrados durante unos minutos cada día puede ayudar a despejar las glándulas sebáceas bloqueadas.
- Beber mucha agua, un mínimo de 8 a 10 vasos al día.
- Limitar el tiempo frente a la pantalla – cuando utilices dispositivos digitales, haz pausas regulares e intenta parpadear a menudo (el parpadeo distribuye la importante película lagrimal de forma uniforme por la superficie del ojo).
- Evitar sentarse demasiado cerca de fuentes de calor, como incendios o calentadores de ventilador, y utilizar un humidificador en casa para ayudar a retrasar la evaporación de tus lágrimas.
- Dormir lo suficiente. 7 u 8 horas le darán a tus ojos la oportunidad de descansar y recargarse.
- Evitar los ambientes polvorientos, ventosos y llenos de humo, y si pasa mucho tiempo al aire libre, trata de cubrir tus gafas para proteger tus ojos de los elementos.
- Cambiar las gafas o lentes de uso diario: si tus lentillas te causan más irritación, dales un descanso a tus ojos durante unos días u opta por lentes de contacto desechables de uso diario.
Hacer algunos cambios en tu estilo de vida puede ayudar a combatir la sequedad de los ojos y a mantenerlos sanos. Pero si todavía te sientes incómodo, habla con tu óptico, que te ayudará a encontrar una solución.
Según el tipo de ojo seco que tengas, tu óptico puede sugerir suplementos, gotas oftálmicas más fuertes o cambiar a unas lentes de contacto más humectantes, como el hidrogel de silicona.