Los oftalmólogos y ópticos recomiendan no usar lentes de contacto mientras nades, o incluso cuando te duchas o te bañas.
De hecho, el agua puede transportar diferentes tipos de patógenos y bacterias que pueden entrar en contacto con las lentillas y, por tanto, con los ojos. Esto puede causar irritación y, en algunos casos más graves, incluso pérdida de visión.
Nadar con lentes de contacto
Se debe evitar en lo posible nadar con lentes de contacto. Se recomienda no usar lentillas cuando se está en contacto con el agua, ya sea del grifo, de la piscina o de la playa. De hecho, incluso en el agua con cloro pueden prosperar bacterias y otros organismos peligrosos.
Los productos químicos de una piscina pueden causar irritación en los ojos y diversas infecciones, especialmente si se usan lentes de contacto blandas, que son porosas y absorben los productos químicos y las bacterias. Cuando se exponen al agua dulce, las lentes blandas también pueden limitar el oxígeno disponible para los ojos, dejándolos secos. Aunque las lentes rígidas permeables al gas son más transpirables, pueden desprenderse fácilmente del ojo y, por lo tanto, nunca deben usarse en la piscina.
Si tu visión no necesita mucha corrección, la mejor opción es quitarse las lentes de contacto diarias, quincenales o mensuales antes de entrar en el agua. Asegúrate de tener un par de repuesto para usar después de tu sesión en el agua.
Gafas de natación graduadas
Las gafas de natación graduadas ayudan a la visión y protegen los ojos de las infecciones mientras se está en el agua, permitiéndote disfrutar de un chapuzón en la piscina o una inmersión en el mar.
El agua tiene un índice de refracción significativamente diferente al del aire y, como resultado, nuestros ojos tienen dificultades para ver bien bajo el agua. Incluso las personas que tienen una visión perfecta tendrán una visión borrosa bajo el agua.
Las gafas de natación pueden comprarse ya hechas con correcciones básicas o personalizadas para que se adapten perfectamente a tu corrección. Existen gafas prefabricadas con distintos grados de corrección dióptrica y son una buena opción para la mayoría de las personas.
Sin embargo, si tienes una corrección más compleja, puedes preferir unas gafas a medida. Las gafas de natación modernas cuentan con una amplia gama de características, como soluciones antiniebla, protección contra los rayos UV y lentes irrompibles, y están ampliamente disponibles en las ópticas. Consulta a tu oftalmólogo para saber cuál es la mejor solución para ti.
En la playa o en la piscina con lentillas
Hay dos problemas subyacentes. En primer lugar, es probable que tus lentes de contacto se caigan y acabes con una visión borrosa. Y lo que es más importante, expones tus ojos al riesgo de infección.
Si tienes que nadar con lentes de contacto, considera la posibilidad de usar lentillas diarias desechables, y usa un par de gafas para mayor protección. Tira las diarias inmediatamente después de nadar, enjuaga los ojos con gotas y ponte un nuevo par de lentes de contacto. Esto ayuda a limitar el riesgo de que tus ojos queden expuestos a bacterias dañinas que puedan haberse adherido a tus lentes de contacto cuando nadas.