Tanto si te gusta el senderismo, el ciclismo, el footing o el yoga, las lentes de contacto te dan total libertad para concentrarte en tu deporte favorito. A diferencia de las gafas, no se deslizan por la nariz ni obstruyen la visión periférica, ni se empañan ni se salpican con la lluvia o el sudor (¡si estás entrenando muy duro!).
Mejor aún, todo lo que se necesita son unos simples pasos para mantener tus lentes de contacto limpias y cómodas durante tu entrenamiento. La próxima vez que te ates las zapatillas, ten en cuenta estos consejos…
Cómo hacer ejercicio con seguridad con las lentes de contacto
Mantenlos limpios
Es muy importante ser meticuloso con la higiene de las lentillas, especialmente después de entrar en contacto con la suciedad y el sudor. Lávate siempre las manos antes de tocar las lentillas para minimizar el riesgo de que entren bacterias peligrosas en el ojo y causen una infección. Si no dispones de agua limpia y jabón, lleva contigo desinfectante de manos o toallitas húmedas, pero asegúrate de elegir productos de base natural sin productos químicos agresivos como el triclosán. Si utilizas un desinfectante de manos, te recomendamos que esperes unos minutos antes de tocarte el ojo.
Lleva un par de repuesto
Es una buena idea refrescar las lentillas después de un entrenamiento. Los diarios pueden ser simplemente reemplazados por un nuevo par. Si usas lentillas mensuales, deberás limpiarlas con una solución antes de volver a ponértelas. De este modo, se elimina el riesgo de exponer los ojos a las bacterias nocivas que puedan haberse adherido a las lentes de contacto durante el ejercicio. Si vas a viajar mucho, es útil llevar un pequeño estuche lleno de lentillas de repuesto, solución desechable y gotas para los ojos por si acaso.
Cambia a las diarias
Si tienes un estilo de vida activo y la limpieza de las lentillas mensuales te resulta un engorro, considera la posibilidad de cambiar a las diarias. Cómodas y convenientes, puedes simplemente quitarlas y tirarlas al final de tu entrenamiento, sin la molestia de limpiar o llevar la solución multiusos. Fácil.
Mantente hidratado
Nuestros ojos necesitan lágrimas para mantenerse sanos. Cuando nuestro cuerpo está deshidratado, nuestros ojos pueden secarse y doler, una condición común llamada «ojo seco». El sudor que gotea en los ojos puede causar más irritación.
Ten a mano lágrimas artificiales (gotas lubricantes para los ojos) para ayudar a calmar los ojos secos y eliminar la suciedad o sustancias irritantes. Beber mucha agua antes de un entrenamiento te ayudará a eliminar la sal de tu cuerpo y a mantener tus ojos hidratados. Y si el sudor hace que te piquen los ojos, prueba a ponerte una cinta absorbente.
Cuidado con el sol
Todos sabemos que proteger nuestra piel del sol es un hecho. Pero muchos de nosotros no nos damos cuenta de que nuestros ojos también son susceptibles de sufrir daños por el sol. La exposición prolongada a la luz solar sin protección puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades oculares en el futuro, como la degeneración macular y las cataratas.
Si haces ejercicio al aire libre con regularidad o durante largos periodos de tiempo, debes protegerte los ojos con un buen par de gafas de sol. Busca la marca CE y sabrás si tus gafas de sol cumplen las normas de seguridad de la UE. Muchas lentes de contacto tienen filtros UV y, aunque no sustituyen a las gafas de sol, ofrecen una protección adicional.
Evita el contacto con el agua
Si llevas un tiempo usando lentillas, probablemente hayas oído hablar de la regla DDN: no duermas, ni te duches, ni nades con las lentillas puestas. ¿Por qué? Porque exponer las lentillas a cualquier tipo de agua, incluida el agua del grifo, las piscinas, los jacuzzis y el mar, puede provocar molestias e incluso infecciones.
Las gafas son una gran alternativa, o si tu visión no necesita mucha corrección, simplemente quítate las lentillas antes de darte un chapuzón.
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